El Tigris y el Eufrates no son como el Nilo. Sus Crecientes son Caprichosas e imprevisibles, pueden romper los diques construidos por el hombre y arrasar sus cosechas. Soplan vientos(...) que arrastran un polvo asfixiante y sofocan al hombre con lluvias torrenciales, que convierten el suelo firme en un mar de lodo e impiden al hombre moverse con libertad, con riesgo de hundirse en el fango. Así, en Mesopotámia, la naturaleza no se impuso límites, en la plenitud de su poderío interfiere y contrarresta la voluntad del hombre, haciéndole sentir claramente su escasa importancia.
FRANKFORT, WILSON Y JACOBSEN.
"El pensamiento prefilosófico"
La "Media Luna Fértil".
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